Jugando a D-Stories en Cinema Camp
1127
post-template-default,single,single-post,postid-1127,single-format-standard,stockholm-core-2.1.1,select-theme-ver-7.0,ajax_fade,page_not_loaded,menu-animation-underline,,qode_grid_1500,qode_menu_,wpb-js-composer js-comp-ver-6.6.0,vc_responsive
Title Image

Jugando a D-Stories en Cinema Camp

Jugando a D-Stories en Cinema Camp

 

Este pasado verano pudimos poner en práctica uno de los productos del proyecto, el juego D-Stories. El juego de mesa, basado en el primer prototipo desarrollado en Caçadors d’històries, propone la construcción de una narrativa común entre los participantes a través de distintos mazos de cartas que contienen elementos relacionados con los ingredientes de toda buena historia: el contexto, el protagonista, el ayudante, el lugar o la acción.

El juego se desarrolló en Cinema Camp, un campamento de cine apoyado por el Instituto de la Juventud de la Junta de Castilla y León que, en las ediciones de 2021, se realizó en Zamora y Miranda de Ebro (Burgos).

El primer paso fue adaptar las distintas cartas al público objetivo del proyecto, jóvenes entre 14 y 25 años provenientes de todos los rincones de España. Para ello, optamos por darle un toque “gamberro” a los distintos palos y así provocar narrativas caóticas y divertidas. Como ejemplo de esto podemos mencionar que dentro de las cartas de personajes se encontraban un cantante negacionista, un cuñado experto en todo o un taxista con conocimientos de astrología.

Este juego se realizó, por lo tanto, tres veces, para públicos diferentes: dos veces en Zamora, para 44 y 30 jóvenes respectivamente, y una vez en Miranda de Ebro, para 60 jóvenes y en donde contamos con la participación del profesor Toni Roig.

La mecánica fue semejante en las tres ocasiones en las que se realizó la actividad. Una vez expuesta la normativa, se dividió a todos los jóvenes en pequeños grupos de hasta cinco jugadores y se les otorgó el tablero y las cartas. De esta forma transcurren las distintas partidas, en las que los jóvenes van eligiendo aquellas cartas que más encajan con el estilo que quieren darle a la historia en construcción, a la vez que van siendo testigos de cómo el azar en ocasiones cambia algunas de estas premisas. Una vez concluida la partida, el grupo tiene que debatir sobre cómo ordenar los distintos elementos dispuestos en el tablero para generar la premisa (introducción, nudo y desenlace) de una historia original.

De cara a hacer la propuesta más competitiva, siguiendo un espíritu lúdico y divertido, con posterioridad los jóvenes disponían de un minuto para narrar al resto del grupo la historia que habían desarrollado; los profesores del curso eran los encargados de puntuar cada relato y elegir a un ganador.

Pero la cosa no acababa ahí… Por el contrario, se anunciaba el verdadero desafío: disponían de 4 horas para pensar, filmar y montar un cortometraje basado en esa historia que acababan de enunciar. De esta forma, fuimos testigos de una serie de rodajes exprés en los que predominó el buen rollo, las risas y claro, también la tensión.

Sin embargo y en contra de lo que pueda pensarse, la magnitud del desafío tuvo un final feliz: una vez finalizado el reto, todos ellos fueron capaces de entregar un breve cortometraje finalizado. Por la noche, después de cenar, pudimos en grupo realizar proyecciones al aire libre de  historias protagonizadas por personajes estrambóticos y situaciones surrealistas.

 

Finalmente, realizamos una valoración del juego, tanto en coloquio con las y los jóvenes como a través de una encuesta hecha en Google Forms. Sus comentarios positivos destacan la diversión producida por el juego así como su posible utilidad para romper situaciones de bloqueo creativo. Las y los participantes también sugirieron distintas mejoras, como aumentar el número de cartas, hacer distintas variantes temáticas a través de los mazos (no solo de humor, sino también sentimental o dramático) o introducir algún tipo de variable competitiva para hacerlo más interesante. Más allá de estos comentarios, cabe destacar el agradecimiento que nos transmitieron al haber podido disfrutar de una actividad original y diferente. ¡Más de uno preguntó dónde podía comprar el juego!

D-Stories se consolidó de esta manera como un juego de mesa entretenido y útil para construir narrativas, para generar ideas y semillas de historias para creadores de cualquier tipo de disciplina.

A continuación presentamos por los jóvenes un par de cortometrajes realizados durante esta actividad:

 

 

No Comments

Post a Comment